
El Gobierno ha incluido en el plan de reformas remitido a Bruselas dos medidas que afectarían a los conductores: la subida de los impuestos al diésel a partir del cuarto trimestre de 2022, y la posibilidad de introducir peajes en las autovías un año después, a finales de 2023 o principios de 2024.
Sobre el diésel, el texto subraya que actualmente disfruta de una fiscalidad ventajosa con respecto a la gasolina, a pesar de que no contamina menos. Por ello, considera necesario “internalizar” sus “costes ambientales” y revisar “las bonificaciones existentes en algunos carburantes”.
La otra medida objeto de polémica es la posible introducción de peajes en las autovías. En este sentido, el plan de recuperación contempla “crear un pago por uso de la red viaria de carreteras” y argumenta que es necesario “analizar” esta posibilidad para lograr una “movilidad más sostenible”.




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