Un suceso ocurrido en Estados Unidos ejemplifica lo que es el movimiento antivacunas llevado al extremo. Jeffrey, de 46 años, ha sido detenido por los asesinatos a disparos el pasado jueves de su hermano y su cuñada.
Ya la noche anterior, a más de 160 kilómetros de distancia, había matado supuestamente a otra mujer de 83 años, que había sido compañera en el colegio de su madre y a la que robó el coche con el que acudió al encuentro de su hermano.
Jeffrey, originario de Maryland, se había quejado de que su hermano, farmacéutico, estaba envenenando a la gente al suministrarles vacunas contra la Covid-19, según los documentos de acusación aportados por el tribunal que lleva el caso.
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