
A semanas de que entre en vigor la ley del “sí es sí” que agrava las penas de agresión sexual por sumisión química, una joven relató ayer ante la Audiencia de Barcelona que fue violada por un amigo con quien salió de fiesta, tras tomarse un chupito y caer inconsciente.
El procesado ha negado los hechos y ha insistido en que la relación fue consentida, pese a los Whatsapps que al día siguiente intercambió con la víctima, quien le pedía “por favor, dime qué pasó”. Esa conversación se ha convertido, de hecho, en la principal prueba de cargo en su contra. “¿Me violaste?”, le preguntó la joven, al tiempo que le expresaba su preocupación por si había sido una relación sexual sin protección, a lo que el acusado, tras admitir que no había usado preservativo, respondió: “¡qué va! Después te gustó”.
En el juicio, que ha quedado visto para sentencia en la Audiencia de Barcelona, la Fiscalía ha pedido siete años de cárcel por un delito de abusos sexuales para el procesado.




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