
El Gobierno finlandés aprobó ayer el “cierre completo” de sus fronteras a los turistas rusos, aunque tengan visado expedido en un país del espacio Schengen, alegando que su llegada puede causar “un grave perjuicio para la posición internacional de Finlandia”.
La medida, anunciada el pasado viernes, entró en vigor durante la pasada medianoche y persigue restringir significativamente el flujo de ciudadanos rusos que entran en el país nórdico, muchos de los cuales continúan viaje hacia otros destinos de la Unión Europea.
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