En menos de dos días se ha resuelto, al menos por ahora, uno de los muchos elementos delicados de la invasión rusa de Ucrania: la exportación de grano que, en parte, aplaca la crisis alimentaria tanto en el resto de Europa como en África.
Y es que Rusia ha aceptado volver al pacto con Kiev después de que Turquía ejerciera una nueva mediación. Moscú se había desvinculado del trato después de varios ataques a su flota en el Mar Negro, de los que el Kremlin responsabiliza además al Reino Unido, pero ahora ha reculado porque considera “suficientes” las garantías ofrecidas tanto por Estambul como por Naciones Unidas.
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