Las Fuerzas Armadas estadounidenses han derribado el supuesto globo espía chino una vez estaba ya sobre aguas del océano Atlántico y después de atravesar todo el país de costa a costa. De aproximadamente el tamaño de tres autobuses escolares, se ha convertido en la principal causa de un nuevo y grave punto de fricción entre las dos grandes superpotencias mundiales: Estados Unidos y China.
El presidente Joe Biden dió personalmente su aprobación para el ataque sobre el aparato.
Efectivos de la Marina y de la Guardia Costera han iniciado una operación para recuperar los restos. La zona donde cayó ha sido acordonada y se ha advertido a los habitantes de Carolina del Sur de que pueden aparecer restos del globo en su playa, y que “Los escombros no deben ser tocados, movidos o levantados”.




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