El Vigésimo Congreso del Partido Comunista de China, celebrado el pasado fin de semana, escenificó a Xi Jinping como el dirigente más poderoso desde Mao. Además, la celebración mostró públicamente la defenestración metafórica de su antecesor, Hu Jintao, y la liquidación de su legado ante los ojos de todo el mundo.
En un momento dado, el anterior líder fue sacado a la fuerza de la sesión de clausura ante los 2.300 delegados congregados en el Gran Palacio del Pueblo y ante la prensa china e internacional. El equipo del nuevo dirigente aún no ha realizado un comunicado oficial explicando por qué fue expulsado Hu Jintao.
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