Cientos de miles de personas han salido a las calles de las principales ciudades de Francia para protestar contra la reforma de pensiones impulsada por el Gobierno y que plantea, entre otras medidas, elevar la edad de jubilación a los 64 años, en una jornada de huelga que no ha provocado parálisis pero sí se ha dejado notar en sectores clave como el transporte o la educación.
En París, donde ha tenido lugar la concentración más multitudinaria, se han reunido unas 400.000 personas, según fuentes de la Confederación General del Trabajo. No en vano, por primera vez en la era del primer ministro Emmanuel Macron, la movilización contaba con el respaldo explícito de todos los grandes sindicatos.
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