
España vive en una espiral de desigualdad entre generaciones. Mientras que los jóvenes todavía no se han recuperado del brutal hundimiento de sus salarios tras la gran recesión de 2008, el colectivo de los jubilados ha ido aumentando su poder adquisitivo. Los salarios reales de los menores de 29 años eran en 2020 entre un 5 y un 12% más bajos que cuando estalló la burbuja, sin embargo, la pensión media de jubilación se ha revalorizado un 29%.
A consecuencia de ello, la diferencia de poder adquisitivo entre los pensionistas y los jóvenes se ha ido reduciendo drásticamente en la última década. En 2008, el salario bruto de un joven de entre 25 y 29 años era de unos 17.500 euros, un 53% más elevado que la pensión media de jubilación, que alcanzaba los casi 11.500 euros. Solo doce años más tarde esta brecha se había reducido hasta el 13%. El caso de los menores de 24 años es incluso más llamativo: este colectivo ha pasado de cobrar un sueldo un 17% superior al promedio de la jubilación, a estar un 20% por debajo.




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