“Ceuta y Melilla son España, punto”. Con esta afirmación respondió ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Marruecos, que volvió a generar polémica tras señalar que no hay “fronteras terrestres” entre ambos países y tildar Melilla como un “presidio ocupado”. Eso sí, un alto cargo del reino alauí trató de rectificar, afirmando que dichas fronteras sí se reconocen en el acuerdo que firmaron los dos Estados el pasado 7 de abril tras meses de diferencias.
Sánchez lanzó la frase desde su escaño en el Congreso de los Diputados. Así se lo solicitó el Partido Popular, cuya portavoz en la Cámara Baja, Cuca Gamarra, reclamó al presidente que “defendiera” en sede parlamentaria la soberanía nacional y la “integridad territorial de España”.
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