Aún no había fotografías del interior de los campos de concentración a finales de la Segunda Guerra Mundial, pero el estadounidense August Froehlich dibujó en un cómic, ya por 1944, las atrocidades nazis ayudado por noticias soviéticas publicadas tras la entrada del Ejército Rojo en el campo de exterminio de Majdanek (Polonia).

La primera imagen muestra a los judíos empujados hacia los trenes, con sus posesiones enviadas a Berlín; a hombres, mujeres y niños introducidos en una cámara de gas y gaseados; y también cómo sus dientes de oro acaban en los bolsillos de los nazis y sus cuerpos incinerados.

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