La oleada inflacionaria sin precedentes en toda la historia de la eurozona está dejando secos los bolsillos de los europeos, abocándolos a una pérdida de poder adquisitivo. Con una inflación que alcanzaba el 10,7% en octubre en promedio en los países del euro, es difícil encontrar un solo Estado de los Veintisiete en el que los salarios hayan crecido de forma parecida. España no es una excepción.
Según el informe de proyecciones macroeconómicas de otoño que ha publicado la Comisión Europea, la remuneración de asalariados solo aumentará un 2,6% este año, lo que convierte a España en el segundo país en el que menos crecerán los salarios. Solo Eslovenia, con un incremento del 2,2%, registrará alzas más bajas. Entre las grandes economías de la Unión Europea, el incremento de los sueldos es más generoso. Solo Italia, con una revalorización esperada del 3%, se acerca a las cifras de España. Mientras que Alemania y Portugal con un 4,6% y Francia con un 4,7% de incremento, registrarán alzas claramente superiores.




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