Las autoridades iraníes ejecutaron en público ayer a un segundo preso condenado por su participación en las protestas que sacuden el país, a pesar de la ola de críticas internacionales tras el ahorcamiento del primer manifestante la semana pasada.
El condenado fue ahorcado después de que fuese sentenciado a muerte por el asesinato de dos agentes de seguridad. Otros nueve presos han sido condenados a muerte por las protestas y según Amnistía Internacional al menos 28 acusados podrían ser condenados a la horca.
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