Ha costado más de dos años, muchas polémicas y varias crisis en el seno del Gobierno, pero la ley trans ya está definitivamente aprobada y lista para entrar en vigor en cuanto se publique en el Boletín Oficial del Estado. El Congreso de los Diputados dio luz verde ayer a una de las leyes bandera del Ministerio de Igualdad, que despatologiza al colectivo trans y permite cambiar de sexo en el Registro Civil desde los 16 años y sin requisitos.
Culmina así un camino lleno de obstáculos que ha sacado a relucir una fractura clara dentro del movimiento feminista, entre las partidarias y las detractoras de una norma muy cuestionada también por los partidos de la derecha.
La ley ya había recibido el beneplácito de la Cámara baja en el mes de diciembre, pero tuvo que volver al Pleno tras introducirse dos correcciones técnicas en su paso por el Senado. Ha sido ratificada, además, junto a la reforma de la ley del aborto, otra de las leyes estrella del departamento dirigido por Irene Montero, cuya tramitación fue notablemente más tranquila que la ley trans y de garantía de los derechos LGTBI.
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