
Este próximo fin de semana, concretamente la noche del sábado 24 al domingo 25 de octubre, se producirá en España el cambio al horario de invierno. A las 3 de la madrugada (hora peninsular), los relojes se retrasarán una hora y serán de nuevo las 2.
Como ocurre cada año, el cambio de hora produce controversia entre partidarios y detractores. En todo caso, y al contrario de lo que parecía, parece que el de 2020 no será el último.
El cambio de hora se realiza en España desde la década de los años 70. Su propósito es adecuar las horas de sol con los horarios de los trabajadores y así favorecer el ahorro de energía. En la práctica, supone que amanezca y anochezca antes, algo que se nota especialmente en los meses de diciembre y enero, cuando los días son más cortos.
El cambio al horario de invierno puede acarrear algunos síntomas, especialmente en la población más vulnerable, como niños o personas mayores. Éstos van desde la somnolencia o cansancio a la falta de atención.
Para minimizar lo máximo posible el leve desarreglo que el cambio horario puede causar, los expertos recomiendan modificar poco a poco el horario de las comidas, ir estableciendo un ritmo regular a la hora de acostarse y levantarse, o no echar siesta el domingo.




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