La Unión Europea aseguró ayer que reaccionará con una “respuesta fuerte y unida” ante cualquier “interrupción deliberada de la infraestructura energética europea”, tras las tres fugas detectadas en los gasoductos del Nord Stream 1 y 2 en Alemania, Dinamarca y Suecia.
El alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, afirmó que “toda la información disponible indica que estas fugas son el resultado de un acto deliberado”, y afirmó que Europa apoyará toda investigación que permita obtener “total claridad” sobre lo ocurrido. Además, Borrell aseguró que “estos incidentes no son una coincidencia” afectan a “todos” y señaló que “la seguridad y las preocupaciones medioambientales son de máxima prioridad”.
Por último, el impacto medioambiental de esta situación es muy grande. Ya se han emitido a la atmósfera unas 115.000 toneladas de metano, lo que equivale a 9.600.000 toneladas de CO2 o a las emisiones de dos millones de coches de gasolina durante todo un año.
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