
Artista urbano, grafitero o escritor. Madrileño del popular barrio de Campamento. Adolescente y joven en plena Movida madrileña. Muelle, es decir, Juan Carlos Argüello, dejó su firma por todo Madrid en los años ochenta y principios de los noventa. Solo necesitó 10 años y unos cuantos muros de la ciudad para formar parte de la historia de lo que ahora se conoce como arte urbano y que en aquel momento era un incipiente y prometedor movimiento liderado por chavales con rotuladores y esprays.
En 1995, con tan sólo 29 años, Muelle murió de cáncer. Apenas se conserva una parte de su legado que, sin embargo, perdura en la memoria de los que intentaron ponerle color, vanguardia y rebeldía a una España que despertaba del blanco y negro de la dictadura.
Parte de su recuerdo revive ahora en la subasta de su obra que la casa Durán celebra este miércoles. En 2014 hubo una subasta de piezas de artistas como Suso33, pero en este caso la entrada de un grafitero en una casa de ventas tradicional se convierte en un evento singular. El legado del madrileño Juan Carlos Argüello, Muelle, uno de los pioneros del arte urbano en los ochenta, vive un proceso de reivindicación artística. Hoy miércoles salen a la venta una quincena de sus obras.




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