El poeta y dramaturgo Antonio Gala fallecía ayer a los 92 años en Córdoba.
Antonio Gala nació en Brazatortas, un pueblo manchego, aunque él siempre se consideró cordobés, pues es en la ciudad donde pasó gran parte de su vida.
Escritor precoz, a los cinco años escribió un relato corto y a los siete su primera obra teatral. A los catorce da una conferencia en el Círculo de la Amistad de Córdoba.
En 1951, con 15 años, ingresa en la Universidad de Sevilla en la licenciatura de Derecho, y se matricula por libre en Madrid en otras dos carreras: Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas.
En su obra poética se encuentran libros publicados a una edad temprana, Enemigo íntimo, y otros mucho más cercanos en el tiempo: Poemas cordobeses (1994), El águila bicéfala: Textos de amor (1994), Poemas de amor (1997) y El poema de Tobías desangelado (2005). Además del Premio Adonais, del Planeta y del Calderón de la Barca ya citados ha recibido, entre otros, los siguientes galardones: Premio Ciudad de Barcelona 1965; Premio Foro Teatral 1971; Premio Nacional de Literatura, Premio del Espectador y Premio de la Crítica de 1972, etc.
En Córdoba se ubica la Fundación que lleva su nombre y que, tal como confesó él mismo, era la gran “obra” de su vida.
En julio de 2011, desde su columna en El Mundo, reveló que padecía un cáncer de colon de difícil curación. Superó la enfermedad en 2015.